lunes, 8 de julio de 2013

Las aventuras del waltz

Diario Noticias

Manuel Acosta Ojeda. Músico y compositor

Es más que probable que haya existido muchos autores de este contagiante baile, que triunfó en toda Europa, incluso en España que era muy reticente a aceptar las danzas del norte. Lamentablemente sus nombres fueron opacados en extremo por la inmensa fama que alcanzaron los Strauss, quienes inclusive opacaron la obra de Lanner.
Siendo el interés principal de estos artículos, la peruanidad; dejaremos de lado, con todo respeto, la llegada y evolución del waltz a nuestro continente.
En 1957, Aurelio Collantes Rojas 'La voz de la Tradición', en su libro Documental de la Canción Criolla, menciona a un señor de nacionalidad alemana llamado Heinrich Hertz, pianista, quien fuera el primero en hacer escuchar el waltz en Lima, en el teatro Variedades de la calle Espaderos.
Por mucho tiempo, este dato histórico se tuvo como absolutamente cierto, repitiéndose por estudiosos y aficionados, en charlas, conferencias, artículos periodísticos, boletines, etc., entre los cuales me incluyo. El tiempo se encarga de acabar con una verdad para buscar otra, que a su vez será mejorada.
Sucede que Heinrich Hertz, nacido en 1857, era un físico que estudiaba la radiología electromagnética, llegando a hacer música con el sonido de las ondas magnéticas. Pero a quien quiso referirse nuestro buen Aurelio fue al austriaco Henri Herz (6 de enero de 1803-5 de enero de 1888), músico académico que visitó diferentes lugares, entre ellos Sudamérica.
Cuentan las crónicas que en junio de 1850 parte de México hacia Lima en un barco a vapor, para, luego, en nuestra capital impresionar con el estreno de "Marcha Nacional Militar", interpretada por 8 pianos entre señoritas y jóvenes limeños, doble orquesta, banda militar y coro de hombres. También estuvo en Chile con igual éxito.
Otras fuentes
Después de leer en el libro de Juan Carpio Muñoz, Arequipa: Música y Pueblo, parte del manuscrito del clérigo tenerifeño Antonio Pereyra y Ruiz, en La Noticia de 1816, que en la Ciudad Blanca "la disposición para la música y el baile es buena, pero no progresan en esto por falta de maestros. Sin embargo, el minué, el waltz, el bolero, el zapateo, el rin, la contradanza y otros bailes de Europa los bailan bien, pero nunca dan a su cuerpo la elegancia que en los bailes propios del país", supusimos que bailándose el waltz en 1816, definitivamente tuvo que bailarse en la tres veces coronada Villa, puesto que nuestra vieja Lima era la capital en la época del virreinato.
Además, el argentino Carlos Vega asegura que el waltz se bailaba en Buenos Aires entre 1804 y 1806, agregamos a esto que el viajero inglés William Stevenson lo vio bailar en Guayaquil en 1808.
Subrayamos que el foco cultural en aquella época era Lima, en donde se aprobaba las danzas y canciones, que eran de buen gusto. Por tanto, no pudo ser bailado en Guayaquil sin ser famoso en Lima. Tenemos noticias que en 1826 se bailaba en Puno, Cerro de Pasco, Cusco, Huánuco, y no solo por la clase alta, sino también por mujeres de las clases populares. Continuaremos en estos afanes en busca de la verdad, para demostrar que el cambio del waltz al valse fue creación del criollo limeño.

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