Galeristas, coleccionistas, merchantes y museos se beneficiaron con el saqueo hecho por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, asegura Héctor Feliciano, periodista puertorriqueño que participará en la Feria del Libro de Lima.
Él es una de las atracciones de este evento que empieza el 19 de julio, actividad en la que presentará su obra El museo perdido en donde narra el destino del arte robado en Europa entre los años 39 y 45.
¿Cómo surgió su interés en el tema del arte perdido durante la guerra?
–La comencé y terminé cuando estaba de corresponsal en París. De hecho, la escribí primero en francés. Es una investigación que hice durante ocho años sobre el robo y el saqueo de los nazis durante la guerra. Surgió de una entrevista que estaba haciendo de otro tema, en la que mi interlocutor me mencionó sobre las obras desaparecidas de los nazis. A mí me dejó intrigado. Entonces empecé a buscar en archivos y en la gente. Finalmente, fui atando cabos y encontré entre 2,000 y 3,000 obras desaparecidas.
¿Desaparecidas entre comillas?
–Exacto, desaparecidas entre comillas porque estaban en los museos franceses, americanos, de España. Estaban en todos lados.
¿Tuvo problemas para publicar esta información?
–Se me hizo muy complicado. Hubo muchos intentos de que yo no hablara de esto. Pero yo insistí y se logró.
¿Cómo realizó su investigación?
–Tuve que meterme en archivos y hablar con gente que había vivido durante la época, durante la ocupación. Yo lo que quería era reconstruir el tema. A la vez, revisando los documentos. Tuve que trabajar en idioma francés, inglés, alemán y un poco de ruso. Fui acopiando muchos documentos, lo que me hizo hacer una historia del saqueo en Francia. Ellos roban 100,000 obras de arte. De éstas quedan 40,000 o 50,000 están aún por allí volando. Esto es en Francia, nomás. Cuando uno une esto con lo que pasó en Holanda, Alemania, Rusia, son millones.
¿Quién se benefició?
–Los marchantes, los galeristas, los museos y los coleccionistas. Se habrán movido centenares de millones de dólares.
¿Qué consecuencias ha tenido el libro?
–Yo encontré más de 2,000 obras, pero desde que el libro se publica se han hallado alrededor de 60 mil obras restituidas. El libro crea un efecto bola de nieve. Hay, por ejemplo, una obra de Georges Braque, que estaba en el centro Pompidou. El cuadro fue devuelto a los herederos, que lo vendieron por 30 millones de dólares.
En el Perú tenemos el problema del comercio de piezas arqueológicas.
–El Perú tiene ese problema del comercio de piezas arqueológicas y coloniales. Sé de muchas obras que aparecen en el mercado norteamericano que vienen del Perú, de alguna capillita, de algún lugar, es terrible.
Se dice que el comercio ilegal de patrimonio es uno de los mayores negocios ilícitos.
–Yo pienso que el mercado de arte en general, a mi conocimiento, es con el de la droga el único comercio internacional no regulado. El tráfico de las piezas precolombinas y las obras coloniales pienso que es una tarea pendiente para periodistas peruanos. Una investigación que rastree las obras desde que salen del Perú hasta que llega a sus compradores.
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